El Papa Benedicto XVI, recordó que en Jesús hecho hombre nos sentimos amados y acogidos a los ojos de Dios, y que a tal amor debemos corresponder con la construcción de un mundo de justicia y paz.
“En el Dios que se hace hombre por nosotros, nos sentimos amados y acogidos, descubrimos ser preciosos y únicos a los ojos del Creador”.
Cristo nos ayuda a tomar conciencia de cuanto vale la vida humana, la vida de cada ser humano, desde su primer instante hasta su natural tramonto”.
“Quien abre el corazón a Jesús consigue transformar en gozo también el dolor”.
Afirmó que “Jesús ha venido para cada uno de nosotros y en Él nos ha hecho hermanos” y que a tal acto corresponde de nuestra parte “superar siempre los prejuicios, derrumbar las barreras y eliminar los contrastes que dividen, o peor aún, que contraponen a los individuos y a los pueblos, para construir juntos un mundo de justicia y paz”.